La palabra ASANA significa “postura”.
“Una manera de estar para llegar a ser”.
Su mayor beneficio lo encontramos cuando vinculamos la energía de la consciencia en ella. Cualquier técnica de yoga tiene que llevarte ahí, a la presencia, sino no es yoga. Por eso es importante que los movimientos en las asanas se hagan siempre siguiendo la respiración y no la respiración al movimiento.
Las asanas tienen dos partes: la parte dinámica, que es la ejecución de la postura y la parte estática, que es cuando la postura está construida, entonces tú te abandonas a ella, la postura te está haciendo a ti, tú no estás haciendo asanas, las asanas te están haciendo a ti. Hay que dejarse hacer, eso es muy importante, y para dejarse hacer hay que abandonarse a la postura. Y abandonarse significa relajación.
Los Sutra de de Patanajali nos da la indicación de como tiene que ser la asana: “Sthira Sukham Asanam”, “la asana debe ser firme y cómoda”. Ahí radica la dificultad; firme no significa rígida, sino que se sostenga por sí misma y cómoda no quiere decir que quede floja. Es aprender a encontrar el equilibrio entre los dos polos.
No debemos sufrir ni pasarlo mal en las asanas y tampoco dejarla tan flojita que no sientas que el cuerpo está haciendo un trabajo. Este principio es algo que de manera gradual vamos desarrollando en las clases, debes tener paciencia y darte tiempo. Luego, ¡es maravilloso experimentar que este equilibrio lo llevas a tu vida!
Yoga es consciencia.
Om Shanti.
¡Se feliz!